EDITORIAL
La Nunciatura Apostólica en Chile comunicó el sábado 23 de marzo de 2019 que el papa Francisco ha aceptado la renuncia presentada por el cardenal Ricardo Ezzati y ha nombrado como administrador apostólico sede vacante de la arquidiócesis de Santiago de Chile al obispo Celestino Aós Braco.
La decisión de Francisco se da justo al día siguiente de que el Vaticano hiciera llegar parte de un dossier con importantes documentos sobre los delitos que investiga el fiscal regional Emiliano Arias, y que se centra en Ricardo Ezzati como por presunto encubrimiento de abuso sexuales de menores.
Celestino es religioso capuchino. Nació en España hace 73 años, y es de profesión psicólogo. Tiene experiencia en justicia eclesiástica y se desempeñó hasta ahora como obispo de Copiapó.
Ahora solo comienzan las reacciones y los análisis de este importante hecho.
Sin duda, una primera afirmación que podemos hacer es resaltar el hecho de que el papa no ha nombrado a un nuevo arzobispo sino que administrador apostólico. Esto tiene una significación política mayor pues no solo continúa con la línea de reemplazos de obispos en Chile, sino que sus funciones son diferentes.
Se trata de un administrador y no de un pastor. Y aunque es muy probable que Aós actúe como pastor que es, sus funciones dicen relación con una jurisdicción episcopal que debe administrar porque sigue en estado de sede vacante. Y no digamos que son pocas los aspectos y cosas que deberá administra bien.
Esto, desde ya, es una gran oportunidad para abrir espacios al laicado y fortalecer la esperanza en perspectiva de cambios estructurales en la iglesia.
Hay una red laical en Chile que cada día crece y se fortalece, que realiza un camino sinodal, y que no solo estará atenta a esta nueva administración episcopal en Santiago porque afecta a todo el país, sino que aportará con la fidelidad que le da la autonomía y madurez de fe, lejos de ese laicado sumiso y clerical que siempre está atento a copar los espacios cercanos del «nuevo obispo».
Por último, una interesante casualidad que bien podría hablarle a Aós. Este sábado 23 de marzo se conmemora la Fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, obispo de Lima en 1850 y considerado patrono del episcopado latinoamericano. La historia, lo tiene como defensor de los indefensos y explotados durante la colonia española en América y convocó numerosos sínodos y concilios a la iglesia de su tiempo.
Bienvenido Celestino, la tarea es grande.